Esta semana me ha estado costando trabajo existir.
Desde que me desperté el lunes dije nel, no estoy lista. Me he estado levantando por lo menos 1 hora después de que suena mi alarma, me está costando hacer ejercicio y lo único que quiero comer son carbohidratos.
Esto me pasa relativamente seguido porque oh sorpresa, no soy un robot. Los humanos somos cambiantes. Cambian nuestros nuestros niveles de energía, de estimulo, de cansancio, de carga laboral, de ansiedad, de todo. Y aunque yo soy la primera en argumentar que los hábitos son la clave del éxito porque te permiten seguir operando y avanzando a tus metas a pesar de estos cambios, hay veces que lo que necesitas simplemente es un timeout. Bye hábitos, ¿qué es realmente lo que me está pidiendo mi ser?
Como te digo el lunes me desperté con cero ganas de operar y adultear, y me tomé el atrevimiento de subirlo en un story a Instagram:
Nostoy redy para la semana, decía mi historia.
Recibí como 5 mensajes de personas que me siguen pero que no conozco diciendo cosas como… wow, ¿tú? ¿qué pasa? o… ¡ánimo, tú eres la que nos inspira!
Y sí, ya sé que yo soy la morrita que predica la buena actitud, la disciplina y los hábitos. La que motiva a gente a empezar su bullet journal y a crear sistemas para maximizar la productividad y mantenerse en el camino al éxito. ¿Pero entonces no tengo permiso de despertarme desganada un lunes? ¿O está mejor no publicarlo y enseñar solo mi lado hiper over-achiever, promoviendo la positividad tóxica?
¿En qué momento encasillamos la productividad y el descanso como mutuamente exclusivos? ¿En qué momento decidimos que está bien esperar de nosotrxs mismxs o de los demás el rendimiento de un robot SIEMPRE?
Hoy es en miércoles y seguimos igual. Entró mi mamá a las 8 a mi cuarto a preguntarme algo y yo apenas me estaba despertando.
¿Cómo? ¿Y eso que estás hechando flojera a esta hora?
SI MAMÁ, SI ESTOY HECHANDO FLOJERA. ¿Qué se te ofrece?
Me sentí ansiosa desde que abrí el ojo. Fuck… ¿por?
Digo, si tengo una semana particularmente muy estresante y cargada, ¿pero neta desde que abrí el ojo? También desde que abrí el ojo supe que no quería hacer ejercicio en la mañana, lo que significa que probablemente ya no haga en todo el día. Simplemente la idea hoy me parece un suplicio. Me intenté convencer a mí misma porque disciplina… y dije bueno, ahorita lo checamos. Medité y escribí en mi diario de gratitud para centrarme y empezar el día de manera más positiva y cuando terminé seguía la discusión interna… Ejercicio, no ejercicio, voy a caminar, o maybe yoga, o una clase de sculpt de 20 minutos, o voy a spinning en la tarde, o nada (qué tentador).
Estaba acostada en mi cama viendo el techo en lo que mi cuerpo solito se paró, abrió la ventana de mi cuarto, puso una cobija en el piso, y se tiró boca abajo. Alright. Después de estar unos minutos pecho tierra, empecé a sentir como mi ansiedad empezó a disminuir y me empecé a poner de buenas por el airesito delicioso entrando por mi ventana.
Acto seguido otro impulso espontáneo: me paré, fui a mi cajón, tomé una libreta y una pluma y me senté de nuevo en el piso a escribir lo siguiente:
Tal vez el mundo entero pueda olvidar que soy humana, pero espero yo nunca olvidarme. Tal vez la vida me pida ir rápido, sonreír y estar lista para todo, pero soy yo quien debo reconocer cuando debo ir lento o retraerme y tomar una pausa. Tal vez las expectativas hablen fuerte en mi cabeza y no logre hacer que callen, pero puedo usar mi voz para hablar aún más fuerte mi verdad. Tal vez la mejor manera de honrarme es permitirme fallar aveces. O ni siquiera fallar, más bien no participar en el juego de lo que debe de ser. Hay veces que lo único correcto es lo que se sabe por dentro aunque cuestione por fuera, lo que se sabe hoy aunque niegue a ayer o a mañana. Tal vez el mayor valor está en honrarme en este momento y olvidar que cualquier otro existe. El simple hecho de pensarlo me hace sentir más en calma, más liviana, con más ganas de vivir por lo que soy y no por lo que espero o esperan que sea. Porque tal vez el mundo entero sí olvide que soy humana, pero mi tarea es yo nunca olvidarlo.
Terminé y en automático agarré mi laptop y empecé esta carta. No pensaba publicar esta semana porque generalmente me toma muchas horas redactar y en verdad sí traigo mucha más carga laboral que de costumbre. Pero henos aquí, aún sentada en el piso con la ventana abierta, terminando de escribir en menos de una hora algo que no esperaba escribir at all.
Todavía no sé si voy a hacer ejercicio hoy o no, pero por lo menos en lo que queda de la mañana no hay manera. Creo que quiero pasar el día confiando en mi intuición y ver qué otras cosas inesperadas termino haciendo. Honrar este momento y olvidar que cualquier otro existe.
Hoy me funcionó. Pasé de despertarme ansiosa, desganada y juzgándome por no palomear el ejercicio a estar tranquila y centrada, disfrutando el día y palomeando algo con lo que no esperaba cumplir.
Seems like a pretty good deal to me
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