Pasamos la vida soñando grande y deseando: cosas, personas, experiencias, relaciones, dinero, reconocimiento, éxito, felicidad. Nuestra vida se va construyendo con las decisiones que vamos tomando en cada momento de nuestra vida y que elegimos, en la mayoría de las veces, en base a algún deseo consciente o inconsciente.
El libre albedrío es algo increíble, porque permite que seamos arquitectos creadores de nuestra vida. El seguir nuestros deseos nos permite llegar a lugares que siempre hemos querido llegar, nos permite expandirnos, nos permite cumplir nuestro propósito como hijos de Dios.
Hay un podscast cabalista que me encanta (y te recomiendo) que se llama Weekly Energy Boost. (Si no sabes qué es la Cábala, te doy una breve explicación :)
La cábala es una disciplina y escuela de pensamiento esotérico, relacionada con el Judaísmo. Lo que hacen los cabalistas es intentar explicar la relación entre Dios, ein sof ("El infinito"), que es inmutable, eterno y misterioso, y el Universo perecedero y finito (creado por Dios).
En este podcast siempre mencionan que estamos en el planeta para aprender a ser como Dios. Ya que venimos de Dios y estamos hechxs de Dios, tenemos la capacidad de crear LO QUE SEA. Si lo puedes soñar, lo puedes crear. Soy fiel devota de esta forma de pensamiento, pero hoy quiero explorar otro lado. Lo puedes crear, ¿pero puedes recibirlo?
Hay cantidad de cosas que por más que deseamos y soñamos, nos auto-saboteamos una y otra vez. ¿Porqué?
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