De repente me pasa que agarro un tema espiritual de moda. Algo que vi, leí, escuché o me topé que me hizo tanto click que no puedo evitar compartirlo cada que puedo durante las siguientes semanas o meses.
Mi tema del momento se trata de una prescripción que viene en el libro Green Lights, de Matthew McCounaghey (el cual yo escuché en audiolibro y recomiendo ampliamente la experiencia), y neta la he repetido TANTO el último mes, a mí misma y a mi gente cercana, que creo que lo justo es también compartirla contigo.
La prescripción es la siguiente:
Stop getting impressed and start getting involved.
Deja de impresionarte y empieza a involucrarte.
El contexto de esto es que muchas veces cuando las cosas empiezan a ir bien y la vida nos empieza a conceder no solo nuestros deseos, sino más, algo pasa que entramos en shock porque no nos la creemos que eso nos está sucediendo. Nos impresionamos. Entra el ego, las creencias limitantes y el conflicto de merecimiento y empieza un diálogo interno de wtf, wtf, wtf que automáticamente nos desconecta de la buena experiencia que estamos viviendo.
Matthew obvio habla desde su experiencia, y solo podemos imaginarnos la cantidad de acontecimientos impresionantes y pinch me moments que ese hombre ha vivido (ganar un Oscar, por ejemplo). Pero tú y yo, mortales, también vivimos cosas que aveces parecen increíbles, fuera de nuestro alcance, ideales. Acontecimientos que, más seguido que no, estabamos anhelando. Soñamos, visualizamos y una vez que se manifiesta, nos impresionamos.
¿Porqué?
¿Porqué nos impresiona cuando la vida que hemos estado pidiendo llega a tocar la puerta?
La manifestación existe, los milagros existen. Fact. Vemos gente cumpliendo sus sueños todos los días, haciéndose rica de la noche a la mañana, encontrando a la pareja que lxs complementa perfectamente. Y sin embargo es MUY normal que cuando estamos en el lado receptor de esa bendición algo pasa que nos desconfiguramos. Nos impresiona y nos desconecta. Estamos ahí pero ya no estamos ahí. Ahora estamos en nuestra cabeza, pensando que las cosas son demasiado buenas para ser verdad, que seguro algo malo va a pasar. Nos sentimos impostores.
Dejamos que nuestras heridas, creencias limitantes y ego nos priven de estar presentes, involucradxs, gozando. Esto no solo nos sabotea la experiencia presente, nos puede sabotear también el futuro. Al dejarte abrumar porque algo bueno está sucediendo en tu vida, energéticamente e inconscientemente estás mandando el mensaje que eso que te está sucediendo es “too much to handle”, que no es seguro para ti.
El Universo siempre responde a nuestra energía, y ¿sabes cuál va a ser su respuesta en ese caso? Decirte: ah, ok, entonces no te vuelvo a mandar experiencias de ese tipo para que no te sobrepasen.
Pero a ver, ¿en verdad no estabas esperando y deseando que todo lo bueno que llega a tu vida llegara?, ¿no es por eso que lo soñaste y lo pediste?, ¿no fuiste tú quien lo llamaste, consciente o inconscientemente?, ¿que no sabes que cuando sueñas y proyectas desde un lugar de amor, probablemente tu visión se conceda?
¿En qué momento nos deja de impresionar que las cosas buenas nos sucedan?
En el momento en que nos sentimos verdaderamente merecedores de que así sea. ¿Porqué no te sucedería todo eso que quieres que te suceda si lo haz estado pidiendo, trabajando, vibrando? Espéralo. Dalo por hecho. Dalo por hecho tanto que en el momento en que te llegue se sienta tan natural que no te quede más que gozarlo y estar completamente involucrado en vivirlo. Y cuando llegue obsérvalo y date un momento para agradecer, pero solo un momento, que la experiencia es para vivirla y no para pensarla.
En el momento que dejas de impresionarte y empiezas a involucrarte con lo bueno que te pasa, esa vida ya es tuya. Hazla tuya. Ten consciente que lo único que se puede interponer eres tú mismo. Las inseguridades son como una capa de teflón que te cubre e impide que lo bueno se pegue. Trabaja en quitarte esa capa que va a privarte de gozar y fundirte con la magia que la vida tiene para ti, la cual, por cierto, mereces absolutamente.
Preséntate cada día con consciencia, cultiva tu vida y relaciones, observa tus limitaciones y manifiesta desde un lugar de amor. Luego espera pacientemente y que no te sorprenda ningún segundo cuando todo lo que quieres llegue a presentarse ante ti. Recuerda que si te involucras desde el inicio, ya es tuyx. Deja que se funda en ti, agradece desde el corazón y estáte listx para más.
Abrazo!
-J
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