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Así se siente la decisión de fluir...

Estoy en frente de mi compu con la intención de escribir otra carta que ya tenía empezada, pero no puedo ir más allá del sentimiento de pesadez que siento esta mañana. 


Triste, me siento triste, hasta me cuesta sonreír. ¿Cuál es la razón de esta tristeza? La verdad es que ni sé.


¿Impaciencia?, ¿desesperación?, ¿necesidad de control?, ¿expectativas no cumplidas?, ¿darme cuenta de qué tan vulnerable soy? 


Estos días han estado borrosos y a la vez con mucha claridad. Paso de sentirme plena, absoluta, cierta, a sentirme como me siento en este momento; apachurrada y vulnerable.


Regresé a Monterrey, y aunque estoy disfrutando mucho estar en mi casa, tengo una vocesita diciéndome que no me acomode demasiado, que ya no somos de ahí. Pero no sé a dónde voy ahora, ni cuándo, y eso me tiene incómoda.


Tomé la decisión de fluir. La DECISIÓN. A mi fluir nunca se me ha dado precisamente fácil. Todos los días siento a mi ego dando patadas de ahogado, queriendo respuestas sobre el futuro que todavía no llega. Me tengo que recordar constantemente regresar al momento presente, soltar, confiar, honrar mi decisión.


¿Qué difícil es confiar, verdad? Que difícil delegarle a una fuerza mayor las decisiones de tu vida. Que en realidad estas fuerzas siempre han sido las que deciden, pero es linda la ilusión de pensar que nosotros somos los que estamos a cargo. 


Confiar me da paz y me la quita también. Bueno, es mi ego quien me la quita. Es mi ego quien necesita saber qué vamos a hacer la semana que entra, cómo vamos a administrar recursos, qué vamos a hacer con el tiempo. Es mi ego quien necesita encasillarme en conceptos para entender. Mi alma siempre ha confiado. 


La segunda rama de la filosofía del yoga nos habla de los Niyamas, que son 5 prácticas individuales para le espíritu. El quinto Niyama, Ishvara-Pranidhana, se trata de rendirnos a Dios, de soltar la resistencia y entregarnos a esta fuerza suprema en absoluta devoción y fe. Nunca había entendido el significado de Ishvara-Pranadhana tanto como lo he entendido en las últimas semanas. Mi única participación en las decisiones de mi vida en este momento es decir con claridad ‘esta es mi intención y mi deseo’ y dejar el desenlace a la consideración de la divinidad.


Niyamas significa observancias en Sánscrito, y este significado es algo que también estoy entiendiendo y aprendiendo a integrar. Estoy en un momento de mi vida en que no puedo hacer más que observar; observar y responder. Cada vez se me hace más retador identificar entre la voz del alma y la voz del ego.


Mi ego se siente tan amenazado que se está haciendo cada vez más sneaky e ingenioso. Quiere que me doble. Me da mensajes mixtos, me trae sueños que me atormentan, me causa tristeza y ansiedad. Quita el spotlight de mi misma y lo apunta a otros lados, buscando a dónde o a quién apuntarle el dedo, queriendo victimizarse. Le urge que cancele el plan de fluir. 


Pero fue una decisión, y es una decisión que en este momento no hay nada que se sienta más correcto que honrar. Cada día que la sostengo me siento más fuerte. Además el Universo claro que está respondiendo; me va dando señales y me muestra el siguiente paso, pero solo el siguiente. El ego quiere ver más allá. 


Hoy es jueves y no sé qué voy a hacer la semana que entra. Voy a estar trabajando de manera intensiva en un proyecto personal y me encanta la idea de irme a otro lado, pero parte de fluir es no forzar lo que no se da con naturaleza. Yo hice clara mi intención: Universo, Dios, si está en tu voluntad, prefiero trabajar en este proyecto en un lugar que me haga sentir enfocada, creativa, motivada, en flow y en paz. Puede que el Universo responda en los próximos días y puede que no, lo estoy dejando decidir.


Parte integral de manifestar es soltar. Poner tu intención y dejar ir el resultado. Obvio me cuesta soltar por completo. Cuestiono varias veces al día en si se va a dar o no se va a dar. Si está en la voluntad de la divinidad o si quiere enseñarme paciencia dejándome en Monterrey. Luego me entra la culpa por no estar soltando y el miedo a sabotear mi manifestación con mi duda. Me recuerdo que estoy fluyendo y regreso al momento presente. Suelto y pido al Universo que haga caso omiso de esta energía que pudiera alterar el resultado. Le pido que haga caso omiso porque soy humana, estoy aprendiendo, estoy intentando. 


Pero luego está la cuestión de qué pasa si si se manifiesta la oportunidad de irme a otro lado… ¿Cuánto van a costar los vuelos con 2 o 3 días de anticipación? No pienses en eso, Jimena, me digo. Si está en la voluntad divina que tu te vayas, el vuelo también te lo invitan. Págalo tú y verás que luego regresa multiplicado. Mentalidad abundante baby, rendirte a Dios siempre tiene recompensa. Decidir confiar y fluir no te va a llevar a un lugar peor; ni físico, ni energético, ni monetario. 


No sé cómo estés leyendo esto. No me sorprendería si sientes angustia; creo que este es un vómito verbal muy disperso y cargado. Pero justo aquí es donde estoy hoy. Tal vez sí tiene sentido que esté más adentro que afuera. Hay tantas fuerzas interponiéndose dentro de mí que no tengo de otra más que estar presente y atenta para que cuando mi ego ataque lo sepa detectar y decirle shhh, acuérdate que estamos fluyendo. Presente, atenta y quieta.


Me parece interesante que estoy llorando mientras escribo esto, porque yo no soy una persona que llore fácil por temas míos. Puedo llorar en 2 segundos viendo una película, una audición de The Voice o algo de ese tipo, pero por cosas personales me es casi imposible. Y hay veces que de verdad se me antoja una buena lloradita y nada más no me sale, pero en este momento corren lágrimas por mis mejillas. Escribir me conecta con mi lado más humano, más vulnerable, y estoy entrando en cuenta que la vulnerabilidad es lo único que me hace llorar.


Sí me siento vulnerable, sí me puede la incertidumbre, sí me pesa el no sentir que estoy en control. Soy humana, soy humana.


Pero aún así, te prometo que este momento y este proceso se sienten TAN correctos y TAN necesarios en mi vida. La razón por la que me sigo insistiendo a mí misma en confiar y fluir es porque tengo CERTEZA. Certeza de que me va a llevar a cosas increíbles, certeza de que del otro lado de este proceso y este tiempo va a haber una Jimena más fuerte, conectada, humilde y plena. Estoy segura que esto es lo que necesito para catapultarme al infinito, para dar un salto cuántico y avanzar 5,000 niveles en el camino de mi alma. 


También sé que no estaría en esta situación si no estuviera lista. Así que elijo vivirla, elijo fluir y elijo confiar. Permito los sentimientos y los días difíciles como hoy y los miro con compasión, sé que son parte del proceso, parte del camino. Porque aunque no haya nada que me haga sentir más débil que la vulnerabilidad, no hay nada que me haga sentir más fuerte que aún así atreverme a serlo.


Abrazo!

Jimena

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